BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

PARASHAT MIKETZ

 




Esta Parashá Fue Preparada Por ABA-EYBO

PARSHAT MIKETS

Génesis 41 :1 hasta 44 : 17


DEDICADA A LA MEMORIA Y PARA MÉRITO DE:

Sara - (כריסטינה מרים דה בלר),

Jeannette Agustin San Juan, Fortune Agustin,

Filomena Agustin de San Juan, Federmo San Juan, Mevoyan Aba Beler,

Claudio Alfredo Beler San Juan; (סוג'ונטו בן סופריו) ; ( אבא סופריו)


(כל הזקנים בדורותיהם, מצד אבי, ובצד אמי);

Y de todos los Anusim de la casa de Israel; Jean-Baptiste Alvares

ז'אן בטיסט אלבארס , רבי שלמה לוריא, מהרש״ל

Jean Baptiste Louis Agustin Rodrigué Alvares, Rav DovBer de Lubavitch


אורינו ז'אן בטיסט אלבארס;

Eli Ha’Kohen, Pinjás Ve’Ikavod Ha’Kohen. El Rebbe de Lubavitch,

Menajem Mendel Shneerson Zt”L; Yehuda Ha’Chassid, e Israel Meir KaGan el Jafets Ha’Jaim.


OTROS:


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PARA LA REFUÁ SHELEMÁ DE:

María Bat Esmeralda


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CONTENIDO DE LA PARASHÁ

1) Yosef sale finalmente de la cárcel después del sueño de las vacas gordas que soñó Faraón.

2) Yosef interpreta los sueños de Faraón y es elegido virrey de todo Egipto.

3) Yosef se casa con Asnat, la hija adoptiva de Potifar, y tienen dos hijos, Menashé y Efraím.

4) La hambruna se extiende por todo lugar tal como lo explicó Yosef a Faraón.

5) Los hermanos de Yosef descienden a Egipto para adquirir alimento para Yaacov.

6) Benyamin no descendió con sus hermanos a comprar alimento.

7) Yosef reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él.

8) Yosef acusó a sus hermanos de ser espías enemigos del Estado de Egipto.

9) Los hermanos de Yosef quedaron atónitos al encontrar su propio dinero en sus sacos.

10) Benyamin es acusado de robo, y riesga permanecer como esclavo en Egipto.

11) Yehudá cree que este incidente es en retribución por el maltrato a Yosef.



SOBRE EL ESTUDIO DE SHABAT

Mikets (מִקֵּץ - Palabra hebrea para decir "al final" o "al cabo", es la segunda palabra de esta Parashá, y la primera palabra distintiva de ella), es la décima porción semanal de la Torá (פָּרָשָׁה, parashá) en el ciclo anual de la lectura de la Torá. Constituye Génesis 41: 1-44: 17. La parashá Mikets habla de la interpretación de los sueños de Faraón por Yosef (José), el ascenso de José al poder en Egipto y las pruebas de José a sus hermanos.


La parashá Mikets tiene más letras que todas las porciones semanales de la Torá en el Libro del Génesis. Sin embargo no tiene ni más versículos, ni más palabras. Está compuesta por 7,914 letras hebreas, 2,022 palabras hebreas, 146 versículos, y puede ocupar alrededor de 255 líneas en un rollo de la Torá (סֵפֶר תּוֹרָה, Sefer Torah). (En el Libro del Génesis, la Parashá Vayerá tiene la mayor cantidad de palabras, y Parashiyot de Noaj y de Vayishlaj tienen la mayor cantidad de versículos). La Parashá Mikets se lee normalmente el décimo sábado después de Simjat Torá, generalmente eso cae en diciembre, o muy raramente a fines de noviembre o principios de enero, generalmente cae durante la fiesta de Janucá.




COMENTARIO SOBRE LA PARASHÁ

La prisión de Yosef termina cuando el Faraón sueña con siete vacas gordas que son tragadas por siete vacas flacas, y con siete espigas gordas tragadas por siete espigas delgadas. Iosef interpreta los sueños diciendo que significan que siete años de abundancia serán seguidos de siete años de hambruna, y aconseja al Faraón almacenar grano durante los siete años de abundancia. El Faraón nombra a Iosef como gobernador sobre Egipto. Yosef se casa con Asnat, hija de Potifar, y tienen dos hijos, Menashé y Efraím.  


La hambruna se esparce por toda la región, y sólo se puede conseguir comida en Egipto. Diez de los hermanos de Iosef vienen a Egipto para comprar grano; el más joven, Biniamín, se queda en casa, porque Iaacov teme por su seguridad. Iosef reconoce a sus hermanos, pero éstos no lo reconocen a él; él los acusa de espías, insiste en que traigan a Biniamín para probar que ellos son quienes dicen ser, y pone prisionero a Shimón como rehén. Más tarde, los hermanos descubren que el dinero que pagaron por sus provisiones les es misteriosamente devuelto.


Iaacov accede a enviar a Biniamín sólo después de que Iehuda asume una responsabilidad personal y eterna por él. Esta vez Iosef los recibe amablemente, libera a Shimón, y los invita a una elegante comida en su casa. Pero luego introduce su copa de oro, supuestamente imbuida de poderes mágicos, en la bolsa de Biniamín. Cuando los hermanos parten a la mañana siguiente hacia su casa, son perseguidos, revisados y arrestados cuando se descubre la copa. Iosef ofrece liberarlos y retener sólo a Biniamín como su esclavo.







LAS ALIYOT

En la lectura tradicional de la Torá del Shabat (los sábado), esta Parashá se divide en siete lecturas llamadas Aliyot (Alià en singular). En el texto masorético de la Tanakh (la Biblia hebrea), La Parashat Miketz no tiene divisiones de "porción abierta" (Petujá) (Porciones aproximadamente equivalente a párrafos, a menudo abreviados con la letra hebrea פ (peh)). La Parashat Miketz tiene una sola división de "porción cerrada" llamada (Setumá) (abreviada con la letra hebrea ס (samekh)) al final de la Parashá. Por lo tanto, el Texto Masorético trata la Parashá como lo hiciera con un solo párrafo continuo.


BENDICIONES PARA ANTES DE LEER LA TORÁ

Antes de leer o estudiar la Torá hay que acostumbrarse a bendecir el Eterno (Hashem). Mantén en mente que el nombre de D.ios que se usa cuando decimos nuestras plegarias y cuando leemos la Torá o cuando bendecimos a D.ios es “Adonai”. Donde quiera que aparezca su nombre lo pronunciamos “Adonai”. Dondequiera que aparece el nombre del Eterno, lo pronunciamos Adonai en esos momentos, en otros momentos sólo decimos HaShem.



Bendigo al Eterno, el D.ios Bendito

¡Bendito sea el Eterno quien debe ser bendecido!


En Hebreo

¡Barúj Atáh (Adonai), Eloheinu Meléj Ha’Olám, Asher Bájar Bánu Mikól Ha’Amím VeNatán Lanú Et Torató. Barúj Atáh Adonai Notén HaTorá!


En Español

¡Bendito Eres Tú Adonai, Elohim Nuestro y Rey del universo, que Nos Ha Escogido de entre todas las naciones y nos Ha Entregado Su Torá. Bendito eres Tú Adonai, donador de la Torá!


GÉNESIS CAPÍTULO 41:1- 57


Primera lectura - Génesis 41: 1-14


PRE-LECTURA 1

En la primera Aliá, el faraón soñó que estaba junto al río, y salieron siete vacas gordas, que se alimentaban en los juncos. Y luego siete vacas flacas subieron del río y se comieron las siete vacas gordas, y Faraón se despertó. Se volvió a dormir y soñó que siete buenas mazorcas de maíz brotaban de un tallo, y luego siete espigas delgadas brotaban tras ellas y se tragaban las buenas, y el faraón se despertaba de nuevo. Por la mañana, Faraón se turbó y envió a buscar a todos los magos y sabios de Egipto y les contó su sueño, pero nadie pudo interpretarlo. Entonces habló el mayordomo, confesando sus faltas y relatando cómo el faraón lo había puesto en la cárcel con el panadero, y un hebreo allí había interpretado sus sueños, prediciendo correctamente el futuro. El faraón envió a buscar a José, quien se afeitó, se cambió de ropa y fue a ver al faraón. La Pre-lectura para la primera Aliá termina aquí.



LECTURA 1

1 Y Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño: Le parecía que él estaba junto al río; 2 Y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pacían en el prado: 3 Y que otras siete vacas subían tras ellas del río, de fea apariencia, y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas á la orilla del río: 4 Y que las vacas feas y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón. 5 Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas subían de una sola caña: 6 Y que otras siete espigas menudas y abatidas del Solano, salían después de ellas:


7 Y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.

8 Y acaeció que a la mañana estaba agitado su espíritu; y envió é hizo llamar á todos los magos de Egipto, y á todos sus sabios: y les contó Faraón sus sueños, mas no había quien se la interpretase a Faraón. 9 Entonces el principal de los coperos le habló á Faraón, diciendo: yo me acuerdo hoy de mis faltas: 10 Faraón se había enojado contra sus siervos, y á mí me echó á la prisión de la casa del capitán de los de la guardia, á mí y al principal de los panaderos:


11 Y yo y él vimos un sueño una misma noche: cada uno soñó conforme á la declaración de su sueño. 12 Y estaba allí con nosotros un mozo Hebreo, sirviente del capitán de los de la guardia; y se lo contamos, y él nos declaró nuestros sueños, y declaró á cada uno conforme á su sueño.


13 Y aconteció que como él nos declaró, así fué: á mí me hizo volver á mi puesto, é hizo colgar al otro. 14 Entonces Faraón envió y llamó á José; y lo hicieron salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y le cambiaron sus vestidos, y vino á Faraón. 


Segunda lectura - Génesis 41: 15–38


PRE-LECTURA 2

En la segunda Aliá, el faraón le dijo a José que había tenido un sueño que nadie podía interpretar y que había escuchado que José podía interpretar sueños, pero José dijo que Dios le daría una respuesta al faraón. El faraón le contó a José sus sueños, y José le dijo que los dos sueños eran uno, una predicción de lo que Dios estaba a punto de hacer. Los siete bueyes buenos y las siete espigas buenas simbolizaban siete años de abundancia, y los siete vacas flacas y las siete espigas vacías simbolizaban siete años de hambre que consumirían a partir de entonces. El sueño se duplicó porque Dios había establecido la cosa y pronto la llevaría a cabo. José recomendó que Faraón pusiera sobre Egipto un hombre prudente y prudente, que nombrara superintendentes para que recogieran una quinta parte de las cosechas durante los años de abundancia, y que almacenará ese alimento para los años de hambruna. El faraón estuvo de acuerdo y preguntó si alguien podía encontrar a un hombre como José en quien estaba el espíritu de Dios. La Pre-lectura para la segunda Aliá termina aquí.


LECTURA 2

15 Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para declararlos. 16 Y respondió José á Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz á Faraón. 17 Entonces Faraón le dijo á José: En mi sueño me parecía estar la orilla del río:


18 Y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y de hermosa apariencia, que pacían en el prado: 19 Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy fea traza; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad: 20 Y las vacas flacas y feas devoraban á las siete primeras vacas gruesas:


21 Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté. 22 Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas; 23 Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del Solano, subían después de ellas: 24 Y las espigas menudas devoraban á las siete espigas hermosas: y se lo he dicho á los magos, mas no hay quien me lo declare. 25 Entonces respondió José á Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado á Faraón lo que va á hacer. 26 Las siete vacas hermosas son siete años; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo. 27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del Solano, siete años serán de hambre. 28 Esto es lo que respondo á Faraón. Lo que Dios va á hacer, se lo ha mostrado a Faraón.


29 He aquí vienen siete años de grande hartura en toda la tierra de Egipto: 30 Y se levantarán tras ellos siete años de hambre; y toda la hartura será olvidada en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;


31 Y aquella abundancia no se echará de ver á causa de la hambruna que la sigue, la cual será gravísima. 32 Y el suceder el sueño á Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. 33 Por tanto, que se provea ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y que lo ponga sobre la tierra de Egipto. 34 Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la hartura; 35 Y que junten toda la provisión de estos años buenos que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y que lo guarden. 36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que vendrán sobre la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. 37 Y el negocio pareció bien a Faraón, y a sus siervos.


38 Y dijo Faraón á sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya espíritu de Dios? 


Tercera lectura - Génesis 41: 39–52


PRE-LECTURA 3

En la tercera Aliá, el faraón le dijo a José que, en la medida en que Dios le había mostrado todo esto, no había nadie tan discreto y sabio como José, por lo que el faraón puso a José sobre toda la tierra de Egipto. El faraón le dio a José su anillo de sello, lino fino, una cadena de oro alrededor de su cuello y su segundo carro, e hizo que la gente gritara "Abrej" delante de él. Y el faraón renombró a José Zaphenat-panea y le dio a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On, para que fuera su esposa. José tenía 30 años cuando compareció ante Faraón, y en los siete años de abundancia recogió grano tan abundante como la arena del mar . José y Asenat tuvieron dos hijos, el primero de los cuales José llamó Manasés, porque Dios le había hecho olvidar todo su trabajo y toda la casa de su padre, y al segundo de quien llamó Efraín, porque Dios lo había hecho fecundo en la tierra de su padre. aflicción. La Pre-lectura para la tercera Aliá termina aquí.


LECTURA 3

39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú: 40 Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41 Dijo más Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 Lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Doblad la rodilla: y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. 45 Y llamó Faraón el nombre de José, Tsafnat-Paaneaj; y le dio por mujer á Asnat, la hija de Potiferah, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.


46 Y era José de edad de treinta años cuando fué presentado delante de Faraón, rey de Egipto: y salió José de delante de Faraón, y transitó por toda la tierra de Egipto. 47 E hizo la tierra en aquellos siete años de hartura á montones. 48 Y él juntó todo el mantenimiento de los siete años que hubo en la tierra de Egipto, y guardó mantenimiento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el mantenimiento del campo de sus alrededores. 49 Y acopió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.


50 Y le nacieron a José dos hijos antes de que viniese el primer año del hambre, los cuales le parió Asenat, la hija de Potiferah, sacerdote de On. 51 Y llamó José el nombre del primogénito Manashé; porque se dijo Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre. 52 Y el nombre del segundo hijo le llamó Efraím; porque dijo, Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción. 


Cuarta lectura: Génesis 41: 53–42: 18


PRE-LECTURA 4

En la cuarta Aliá, los siete años de abundancia terminaron y la hambruna golpeó, y cuando Egipto estaba hambriento, José abrió los almacenes y vendió comida a los egipcios. Gente de todos los países llegó a Egipto para comprar grano, porque el hambre azotó a toda la tierra. Jacob vio que había grano en Egipto, preguntó a sus hijos por qué estaban sentados mirándose unos a otros y los envió a Egipto a comprar. Diez de los hermanos de José bajaron a Egipto, pero Jacob retuvo a Benjamín para que no le sobreviniera ningún daño. Los hermanos de José vinieron a comprarle grano a José y se postraron ante él con el rostro en tierra. José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él, porque se hizo extraño y les habló ásperamente. José recordó sus sueños y los acusó de ser espías. Pero ellos protestaron diciendo que no eran espías, sino hombres rectos que venían a comprar comida, diez hijos de un hombre que tenía doce hijos, perdió uno y se quedó con otro. José les dijo que para probar su historia, tendrían que enviar a uno de ellos a buscar a su hermano, y él los encarceló durante tres día. Al tercer día, José les propuso un plan, porque temía a Dios. 


La Pre-lectura para la cuarta Aliá termina aquí.



LECTURA 4

53 Y se cumplieron los siete años de la hartura, que hubo en la tierra de Egipto.


54 Y comenzaron á venir los siete años del hambre, como José había dicho: y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan. 55 Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan. Y dijo Faraón á todos los Egipcios: Id á José, y haced lo que él os dijere. 56 Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía á los Egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. 57 Y toda la tierra venía á Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.



GÉNESIS 42:1-38

1 Y Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo á sus hijos: ¿Por qué se quedan ustedes ahí mirando mirándose? 2 Y les dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; desciendan allá, y compren de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no nos muramos. Y descendieron los diez hermanos de José á comprar trigo á Egipto. Mas Jacob no envió a Benjamín hermano de José con sus hermanos; porque dijo: No sea acaso que le acontezca algún desastre. Y vinieron los hijos de Israel á comprar entre los que venían: porque había hambre en la tierra de Canaán. Y José era el señor de la tierra, que vendía a todo el pueblo de la tierra: y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él rostro por tierra.


Y cuando José como vió á sus hermanos, los reconoció; mas pretendió que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde vienen? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán á comprar alimentos. José, pues, reconoció á sus hermanos; pero ellos no lo reconocieron. Entonces se acordó José de los sueños que había tenido de ellos, y les dijo: Ustedes son espías; para ver lo descubierto del país están ustedes aquí. Y ellos le respondieron: No, señor mío: mas tus siervos han venido á comprar alimentos.


Somos todos nosotros hijos de un sólo varón: somos hombres de verdad: tus siervos nunca fueron espías. Y él les dijo: No; á ver lo descubierto del país han venido. Y ellos le respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y el otro no aparece. Y José les dijo: Eso es lo que les he dicho, afirmando que ustedes son espías: En esto serán probados: Vive Faraón que no saldrán de aquí, sino cuando venga su hermano menor aquí para comprobar su decir.


Envíen a uno de ustedes, y que traiga a su hermano menor; y ustedes se quedarán aquí presos, hasta que sus palabras sean probadas, si hay verdad con ustedes: y si no, vive Faraón, que son espías. Y los juntó en la cárcel por tres días. Y al tercer día les dijo José: Hagan esto para que vivan: Yo temo a Dios: 


¿De dónde sacó José las fuerzas para poner a pruebas a sus hermanos?


Quinta lectura: Génesis 42: 19–43: 15


PRE-LECTURA 5

En la larga quinta Aliá, José les dijo a sus hermanos que les permitiría demostrar su valía dejando que uno de ellos fuera atado en prisión mientras los demás llevaban grano a sus casas y traían a su hermano menor a Egipto. Se decían unos a otros que seguramente eran culpables de su hermano, y por eso ahora les había sobrevenido esta angustia. Rubén dijo que les había dicho que no pecaran contra su hermano, pero ellos no escucharon. No se dieron cuenta de que José los entendía, porque usó un intérprete, y José se apartó y lloró. Cuando José regresó, ató a Simeón ante sus ojos y ordenó que sus vasos se llenaran de grano y que el dinero se devolviera a sus costales. Cargaron sus burros y se fueron. Cuando llegaron a un albergue, uno de ellos abrió su costal y encontró su dinero, y sus ánimos se desanimaron, preguntándose qué les había hecho Dios. 


Fueron a casa y le contaron a Jacob lo que había sucedido, y Jacob los acusó de privarlo de sus hijos, primero a José y ahora a Simeón, y les dijo que no se llevarían a Benjamín. Rubén respondió que Jacob podía matar a los dos hijos de Rubén si Rubén no lograba traer a Benjamín de regreso, pero Jacob insistió en que su hijo no bajaría con ellos, porque José había muerto y solo quedaba Benjamín, y si le pasaba daño a Benjamín, entonces sería el muerte de Jacob. La hambruna continuó y Jacob les dijo a los hermanos que compraran más grano. 


Judá le recordó a Jacob que el hombre les había advertido que no podían ver su rostro a menos que su hermano viniera con ellos, así que si Jacob enviaba a su hermano Benjamín, ellos podían comprar comida, pero si Jacob no lo enviaba, no podían ir. Jacob les preguntó por qué lo habían tratado tan mal como para decirle al hombre que tenían un hermano. Explicaron que el hombre les preguntó directamente por su familia, si su padre estaba vivo y si tenían otro hermano, y le respondieron; 


¿Cómo iban a saber que les pediría que trajeran a su hermano? Entonces Judá le pidió a Jacob que enviara al muchacho con él, para que pudieran ir y la familia pudiera vivir, y Judá le serviría de fianza, porque podrían haber estado en Egipto y regresar si no se hubieran demorado. Arrepentido, Jacob les ordenó que tomaran un regalo para el hombre, el doble de dinero en caso de que la devolución de su pago fuera un descuido, y también su hermano, y Jacob oró para que Dios pudiera mostrarles misericordia ante el hombre y que pudiera liberar a Simeón y Benjamín. Entonces los hermanos fueron a José. 


La Pre-lectura para la quinta Aliá termina aquí.


LECTURA 5

Si de veras son hombres de verdad, que se quede preso en la casa de su prisión uno de sus hermanos; y que se vaya el resto, lleven el alimento para el hambre de su casa: Pero me tienen que traer a su hermano menor, y serán verificadas sus palabras, y no morirán. Y ellos lo hicieron así.


Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos: por eso ha venido sobre nosotros esta angustia. Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No les hablé yo y les dije: No pequen contra el mozo; pero no escucharon? He aquí también su sangre es requerida. Y ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos. Y se apartó él de ellos, y lloró: después volvió á ellos, y les habló, y tomó de entre ellos á Shimón, y lo puso en la prisión a vista de ellos.


Y mandó José a que llenaran sus sacos de trigo, y que devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y que les diesen comida para el camino: y se hizo así con ellos. Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí. Y abriendo uno de ellos su saco para dar de comer á su asno en el mesón, vió su dinero que estaba en la boca de su costal. Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aún lo tengo aquí en mi saco. Se les sobresaltó entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?


Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había acaecido, diciendo: Aquel varón, señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como á espías de la tierra: Y nosotros le dijimos: Somos hombres de verdad, nunca fuimos espías: Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no aparece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán. Y aquel varón, señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que son hombres de verdad; dejen conmigo a uno de sus hermanos, y tomen para el hambre de sus casas, y váyanse, 34 Y tráiganme á su hermano el menor, para que yo sepa que no son espías, sino hombres de verdad: así les daré á su hermano, y podrán negociar en la tierra. 35 Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el atado de su dinero: y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor. 36 Entonces su padre Jacob les dijo: me han privado de mis hijos; José no aparece, ni Shimón tampoco, y a Benjamín le llevarán: contra mí son todas estas cosas. 37 Y Rubén habló á su padre, diciendo: Harás morir á mis dos hijos, si no te lo devolviere; entrégalo en mi mano, que yo te lo volveré a traer. 38 Y él les dijo: No descenderá mi hijo con ustedes; que su hermano está muerto, y él solo ha quedado: y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde van, harán descender mis canas con dolor á la sepultura.



Genesis 43:1-34

1 Y El hambre era grande en la tierra. Y aconteció que cuando acabaron de comerse el trigo que trajeron de Egipto, les díjo su padre: Vuelvan, y compren para nosotros un poco de alimento. Y respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No verán mi rostro sin su hermano no viene con ustedes. Si enviares á nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento: Pero si no le enviares, no descenderemos: porque aquel varón nos dijo: No verán mi rostro sin su hermano. Y les dijo Israel: ¿Por qué me hicieron tanto mal, declarando al varón que tenían más hermano? Y ellos les respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún su padre? ¿tienen otro hermano? y le declaramos conforme a estas palabras. ¿Cómo podíamos nosotros saber que había de decir: Hagan venir á su hermano? Entonces Judá le dijo á Israel su padre: Envía al mozo conmigo, y nos levantaremos é iremos, á fin que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.


Yo lo fío; á mí me pedirás cuenta de él: si yo no te lo devolviere y lo pusiere delante de ti, seré para ti el culpante todos los días: Que si no nos hubiéramos detenido, cierto ahora hubiéramos ya vuelto dos veces. Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así sea, haganlo; tomen de lo mejor de la tierra en sus vasos, y lleven á aquel varón un presente, un poco de bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras. Y tomen en sus manos el doble del dinero, para que lleven en su mano el dinero de vuelta en las bocas de sus costales; quizá fué un error.


Tomen también á su hermano, y levántense para que vuelvan á aquel varón. Y que el Dios Omnipotente les dé misericordias delante de aquel varón, y les suelte al otro su hermano, y á este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, pues que así sea. Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doblado dinero, y á Benjamín; y se levantaron, y descendieron á Egipto, y se presentaron delante de José. 


Sexta lectura: Génesis 43: 16–29


PRE-LECTURA 6

En la sexta Aliá, cuando José vio a Benjamín con ellos, le indicó a su mayordomo que trajera a los hombres a la casa y preparara una comida para que comiera con ellos al mediodía. Cuando los hermanos fueron conducidos a la casa de José, temieron que José los tomara como siervos porque habían tomado el dinero que encontraron en sus costales. Así que le explicaron al mayordomo de José cómo habían descubierto que les habían devuelto el dinero y que se lo habían traído, además de más dinero para comprar grano. Pero el mayordomo les dijo que no temieran, porque su Dios les había dado un tesoro en sus costales; tenía su dinero. El mayordomo sacó a Simeón, los llevó a la casa de José, les dio agua y alimentó a sus asnos. Cuando José llegó a casa, trajeron su presente y se inclinaron ante él. José les preguntó sobre su bienestar y el de su padre. Dijeron que su padre, el siervo de José, estaba bien, e inclinaron la cabeza. José miró a Benjamín y les preguntó si este era su hermano menor de quien habían hablado, y oró para que Dios tuviera misericordia de Benjamín. La Pre-lectura para la sexta Aliá termina aquí.


El mayordomo de José encuentra la copa en el saco de Benjamín (pintura de 1627 de Claes Corneliszoon Moeyaert)






LECTURA 6

Y vió José á Benjamín con ellos, y le dijo al mayordomo de su casa: Mete en casa a esos hombres, y degüella víctima, y aderézala; porque estos hombres comerán conmigo al medio día. E hizo el hombre como José le había dicho; y metió aquel hombre á los hombres en casa de José. Y aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron metidos en casa de José, y decían: Por el dinero que fué vuelto en nuestros costales la primera vez nos han metido aquí, para revolver contra nosotros, y dar sobre nosotros, y tomarnos por siervos á nosotros, y á nuestros asnos.


Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron á la entrada de la casa. Y le dijeron: Ay, señor mío, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio á comprar alimentos: Y aconteció que como vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos traido de vuelta en nuestras manos. Hemos traído también en nuestras manos más dinero para comprar alimentos: nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales. Y él respondió: Quédense en Paz, no teman; su Dios y el Dios de su padre les dió el tesoro en sus costales: su dinero vino á mí. Y sacó á Shimón á ellos.


Y los metió aquel varón á aquellos hombres en casa de José: y les dio agua, y lavaron sus pies: y les dió de comer á sus asnos. Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José al medio día, porque habían oído que allí habían de comer pan. Y vino José á casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de casa, y se inclinaron delante de él hasta tierra. Entonces les preguntó él cómo estaban, y dijo: ¿Su padre, el anciano que dijeron, lo pasa bien? ¿vive todavía?


Y ellos respondieron: Le va bien a tu siervo nuestro padre; aun vive. Y se inclinaron, é hicieron reverencia. Y alzando él sus ojos vió á Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste su hermano menor, de quien me hablaron? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío. 




Séptima lectura: Génesis 43: 30–44: 17





PRE-LECTURA 7

En la séptima Aliá, José se fue apresuradamente a su habitación y lloró, se lavó la cara, regresó y llamó a los sirvientes para que sirvieran la comida. José se sentó solo, los hermanos se sentaron solos y los egipcios se sentaron solos, porque era una abominación para los egipcios comer con los hebreos. Los hermanos se maravillaron de que los sirvientes los hubieran sentado según su edad. Y la porción de Benjamín fue cinco veces mayor que la de cualquiera de sus hermanos. José ordenó al mayordomo que llenara los sacos de los hombres con toda la comida que pudieran llevar, pusiera el dinero de cada uno en su costal y pusiera la copa de plata de José en el costal del más joven. 


Al amanecer, los hermanos fueron despedidos, pero cuando aún no se habían alejado de la ciudad, José ordenó a su mayordomo que los alcanzara y les preguntara por qué habían recompensado mal por bien y tomado la copa con la que José bebió y adivinó.


Preguntaron al mayordomo por qué los acusaba, ya que habían traído el dinero que habían encontrado en sus costales, y se ofrecieron voluntariamente a que aquel con quien se encontrara la copa moriría y los hermanos se convertirían en siervos.


El mayordomo acordó, con la enmienda, que aquel con quien se encontrara sería un esclavo y los demás quedarían libres. A toda prisa, todos abrieron su costal, comenzando por el mayor, y encontraron la copa en el costal de Benjamín. Alquilaron sus ropas, cargaron sus burros y regresaron a la ciudad.


La Pre-lectura para la séptima Aliá, la porción cerrada única (Setumá) lo cual concluye la Parashá aquí


LECTURA 7

Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas á causa de su hermano, y procuró donde llorar: y entró en su cámara, y lloró allí.


Y se lavó el rostro, y volvió a salir fuera, y se reprimió, y dijo: Pongan pan. Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los Egipcios que con él comían: porque los Egipcios no pueden comer pan con los Hebreos, lo cual es abominación á los Egipcios. Y se sentaron delante de él, el mayor conforme á su mayoría, y el menor conforme á su menoría; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro. 34 Y él tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor de cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él.



Génesis 44:1-17


1 Y Mando José al mayordomo de su casa, diciendo: Hinche los costales de aquestos varones de alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal: Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José. Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos. Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aun no se habían alejado, dijo José á su mayordomo: Levántate, y sigue á esos hombres; y cuando los alcanzares, diles: ¿Por qué han vuelto mal por bien? ¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Han hecho mal en lo que hicieron.


Y cuando él los alcanzó, les díjo estas palabras. Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos. He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos á traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro? Aquel de tus siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor. Y él dijo: También ahora sea conforme á sus palabras; aquél en quien se hallare, será mi siervo, y ustedes serán sin culpa. Ellos entonces se dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada cual el costal suyo. Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fué hallada en el costal de Benjamín. Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno, y volvieron á la ciudad.


Y llegó Judá con sus hermanos á casa de José, que aun estaba allí, y se postraron delante de él en tierra. 15 Y les dijo José: ¿Qué obra es esta que han hecho? ¿no saben ustedes que un hombre como yo sabe adivinar? 16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos á mi señor? ¿qué hablaremos? ¿ó con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fué hallada la copa. 17 Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fué hallada la copa, él será mi siervo; el resto de ustedes se irán en paz á su padre.




MAFTIR - GÉNESIS 44:14 - 17


PRE-LECTURA DEL MAFTIR

En la lectura maftir (מפטיר) que concluye la parashá, Judá y sus hermanos llegaron a la casa de José y se postraron ante él en el suelo. José les preguntó qué habían hecho, ¿no sabían que un hombre como él adivinaría? Judá preguntó cómo podían limpiarse cuando Dios había descubierto su iniquidad; todos eran siervos de José. Pero José insistió en que sólo el hombre en cuya mano se encontró la copa sería su siervo, y los demás podrían ir en paz con su padre.


LECTURA DEL MAFTIR

Y llegó Judá con sus hermanos á casa de José, que aun estaba allí, y se postraron delante de él en tierra. 15 Y les dijo José: ¿Qué obra es esta que han hecho? ¿no saben ustedes que un hombre como yo sabe adivinar? 16 Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos á mi señor? ¿qué hablaremos? ¿ó con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fué hallada la copa. 17 Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fué hallada la copa, él será mi siervo; el resto de ustedes se irán en paz á su padre.





BENDICIONES PARA ANTES DE LEER LA HAFTARÁ


Antes de leer la Haftará también, el lector o el estudiante debe de decir esta bendición:


En Hebreo

¡Barúj Atáh Adonai Eloheinu Meléj HaOlám Asher Bájar Bin-vi-ím Tovím Ve-Ratzá Ve-Divreijem Ha-ne-Emarim Ve-Emét! ¡Barúj Atáh Adonai Ha-Bojer Ba-Torá Uv-Moshé Avdó Uv-Yisra’el Amó U-ninviei Ha-Emét Va-Tzedék!


En Español

¡Bendito Eres Tú Adonai, Elohim Nuestro, Rey del Universo, que escogiste Buenos Profetas y te complaciste con sus palabras que fueron pronunciadas con Verdad! ¡Bendito Eres Tú Adonai, que escogiste la Torá y a Moshé tu Siervo, y a Israel Tu Pueblo, y a Los Profetas de Verdad y Justicia!




I Reyes 3 : 15 – 4 : 1


15 Y como Salomón despertó, vió que era sueño: y vino á Jerusalem, y se presentó delante del arca del pacto del Eterno, y sacrificó holocaustos, é hizo pacíficos; hizo también banquete á todos sus siervos.


16 En aquella sazón vinieron dos mujeres rameras al rey, y se presentáron delante de él.


Y dijo la una mujer: ¡Ah, señor mío! yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo parí estando con ella en la casa.


Y aconteció al tercer día después que yo parí, que ésta parió también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa.


Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.


Y se levantó á media noche, y tomó á mi hijo de junto á mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso á su lado, y me puso á mi lado su hijo muerto.


Y como yo me levanté por la mañana para dar el pecho á mi hijo, he aquí que estaba muerto: mas lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, que yo había parido.


Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió á decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey.


El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto: y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive.


Y dijo el rey: Traíganme un cuchillo. Y trajeron al rey un cuchillo.


En seguida el rey dijo: Partan por medio el niño vivo, y denle la mitad á la una, y la otra mitad á la otra.


Entonces la mujer cuyo era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dénselo á ésta el niño vivo, y no lo maten. Mas la otra dijo: Ni á mí ni á ti; partanlo.


Entonces el rey respondió, y dijo: Dénselo á aquélla el hijo vivo, y no lo maten: ella es su madre.


23 Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey: y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar.


1 Fué pues el rey Salomón rey sobre todo Israel.




Q & A - QUIZ ACERCA DE LA PARASHA DE MIKETS

Todas las referencias provienen de los mismos versículos y de comentarios de Rashi, a menos que se indique lo contrario.


1. ¿Qué simbolizaban las vacas gordas absorbidas (o comidas)? Génesis 41: 4 - Que toda la alegría de los años de abundancias sería olvidadas. (Y no que los años de abundancias proporcionarían suficiente alimento para los años de hambruna).


2. ¿En qué se diferencia el sueño de Faraón al sueño de Nevujadnetsar (Nabucodonosor)? Génesis 41: 8 - En que Faraón recordó el contenido de su sueño, pero no sabía su significado. En cambio Nevujadnetsar olvidó incluso el contenido de su sueño.


3. ¿Qué aprendemos del hecho de que faraón soñó dos sueños con significados equivalentes repetidamente? Génesis 41:32 - Mostró que los siete años buenos comenzarían inmediatamente.


4. ¿Qué significa "Tsafnat Panayaj"? Génesis 41:45 - El que explica cosas que están escondidas y oscuras.


5. ¿Qué pasó con el grano de los egipcios que se almacenó en previsión de la hambruna? Génesis 41:55 - Se pudrió.


6. ¿Qué requirió Yosef a los egipcios que hicieran antes de venderles el grano Génesis 41:55 - Que se circuncidasen.


7. ¿Tenían Yaakov y su familia aún omida cuando él envió a sus hijos a Egipto a comprar más comida? Si es así, ¿por qué los envió? Génesis 42: 1 - Sí, pero él los envió porque no quería causar envidia a los ojos de los que no tenían comida.


8. ¿Qué significado profético se encuentra en la elección de Yaakov de la palabra "redu" - "desciendan" (y no "lechu" - "Vayan")? Génesis 42: 2 - Estaba aludiendo a los 210 años que el pueblo judío pasaría en Egipto: la palabra "redu" (Desciendan) tiene el valor numérico de 210.


9. ¿Por qué dice el versículo que "los hermanos de Yosef" descendieron a Egipto (y no que los "hijos de Yaakov" descendieron)? Génesis 42: 3 - Porque ellos ahora lamentaban haber vendido a Yosef y planeaban actuar como sus hermanos intentando encontrarlo y rescatarlo a toda costa.


10. ¿Cuándo supo Yosef que sus sueños se estaban cumpliendo? Génesis 42: 9 - Cuando sus hermanos se inclinaron ante él.


11. ¿Bajo qué pretexto acusó Yosef a sus hermanos de ser espías? Génesis 42:12 - Entraron en la ciudad a través de 10 puertas en lugar de a través de una puerta.


12. ¿Por qué los hermanos entraron a la ciudad a través de diferentes puertas? Génesis 42:13 - Para buscar a Yosef por toda la ciudad.


13. ¿Quién fue el intérprete entre Yosef y sus hermanos? Génesis 42:23 - Su hijo Menashe.


14. ¿Por qué Yosef eligió específicamente a Shimon para meterlo en prisión? Génesis 42:24 - Porque él fue quien arrojó a Yosef al pozo y el que dijo: "Aquí viene el soñador". Alternativamente, para separarlo de Levi, ya que juntos representaron un peligro para él.


15. ¿Cómo indica el versículo que Shimon fue liberado de la prisión después de que sus hermanos se fueron? Génesis 42:24 - El verso dice que Shimon estaba atado "delante de sus ojos", lo que implica que estaba atado solo a la vista de ellos.


16. ¿Qué implicaba Yaakov cuando les dijo a sus hijos: "Yo soy el que ustedes perdieron"? Génesis 42:36 - Que sospechaba que habían matado o vendido Shimon, y que puede ser que hayan hecho lo mismo con Yosef.


17. ¿Cómo intentó Reuven persuadir a Yaakov para que enviara Binyamin a Egipto? Génesis 42:37 - El dijo: "Maten a mis dos hijos si yo no puedo regresar con Binyamin".


18. ¿Cuánto tiempo tomó Yaakov y su familia para comer toda la comida que los hermanos de Yosef trajeron de Egipto? Da la respuesta en términos de tiempo de viaje. Génesis 43: 2,10 - El doble de tiempo de viaje hacia y de vuelta de Egipto.


19. ¿Cuánto dinero demás trajeron los hermanos de Yosef en su segundo viaje, en comparación con lo que trajeron en el primer viaje? ¿Y por qué? Génesis 43:12 - Ellos trajeron tres veces más, para devolver el dinero que habían encontrado en sus costales y para comprar más, incluso si el precio se hubiera duplicado.


20. ¿Cómo se defendieron los hermanos de Yosef contra la acusación de robo del cual se les acusaba? Génesis 44: 8 - Ellos respondieron: "Devolvimos aún el dinero que encontramos en nuestros sacos, ¿Cómo es posible que ahora robemos?"




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H’ Ehad
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ה' אחד

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