BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

LEOLAM YEHÉ ADÁM YIRÉ SHAMAYÍM




EL MÉRITO DE SER JUDÍO

La persona siempre debe temerle a Dios, tanto en privado como abiertamente en público, 1 Algunas personas se comportan con temor de Dios en presencia de otros (en público), pero en la privacidad de sus hogares, hacen lo que les plazca. Hay otros que hacen todo lo contrario. En privado se rigen por el temor de Dios, pero en presencia de otros se sienten demasiado avergonzados o intimidados para ser temerosos de Dios. Un judío siempre debe temer a Dios, tanto en privado como en público. — Siaj Yitzjak [Hay que] admitir la verdad, 2 Reconocer la verdad es fundamental para servir a Dios y para todo comportamiento humano. Aquel que se preocupa simplemente por "ganar la discusión" llegará a cualquier extremo para salir victorioso. Esta actitud causó la caída de los 250 líderes que se unieron a Koraj, en lugar de reconocer la verdad de la declaración de Moisés (Números 16: 2-35) .— Siaj Yitzjak y Hay que decir la verdad en su corazón, 3 No es suficiente simplemente reconocer la verdad verbalmente, pero uno debe decir la verdad en su corazón también. Rashi en el Talmud (Masejet Makot 24a) cita el siguiente incidente como un ejemplo de cómo uno debe decir la verdad en su corazón: Una vez un comprador ofreció comprar un artículo de Rav Safra mientras él recitaba el Shemá. Como no pudo indicar su aceptación, el comprador ansioso aumentó su oferta. Rav Safra rechazó el incremento porque en su corazón ya había aceptado la oferta original. y levántate temprano y proclama:


PLEGARIA POR EL MÉRITO


Le'Olam Yehé Adam - El hombre siempre debe de temerle al Eterno Dios, tanto en privado como en público, [el hombre siempre debe] admitir la verdad y decir la verdad en su corazón. El hombre siempre tiene que levantarse temprano y proclamar: 

"Ribón Kol Olamím (¡Señor de todos los mundos!) No es por nuestra justicia que ofrecemos nuestras súplicas delante de Ti, sino por Tu abundante bondad y misericordia.

Pues, ¿Qué somos nosotros? ¿Qué es nuestra vida? ¿Cuáles son nuestros actos de bondad? ¿Cuál es nuestra justicia? ¿Cuál es nuestra liberación? ¿Cuál es nuestra fuerza? ¿Cuál es nuestro poder? ¿Qué podemos decir delante de ti, oh Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros padres? ¿Acaso no son todos los valientes como nada delante de ti? ¿Hombres famosos como si nunca hubieran existido? ¿Los sabios como si no tuvieran conocimiento alguno? ¿Y los hombres entendidos, como si carecieran de inteligencia?

Porque la mayoría de sus actos son un desperdicio y los días de su vida son triviales en Tu presencia. La superioridad del hombre sobre la bestia queda anulada ante ti, porque todo es inútil.

Sin embargo, nosotros somos tu pueblo, somos hijos de tu pacto, somos hijos de Avraham Avinu, tu amado,  a quien le hiciste juramento en el monte Moriah; somos la simiente de Yitzjak, su único hijo, que estaba atado sobre el altar en el Akedá; somo la comunidad de Yaakov, Tu primogénito, [a quien] —por causa de Tu amor por él y Tu gozoso deleite en él— Tú lo llamaste Israel y Yeshurún.


ES NUESTRA OBLIGACIÓN DARTE GRACIAS Y ALABARTE

Por lo tanto, estamos obligados a agradecerte, alabarte y glorificarte; para bendecir, santificar, unificar y ofrecer alabanza y gracias a Tu Nombre. ¡Cuán afortunados somos! ¡Qué buena es nuestra porción! ¡Qué agradable es nuestro destino! ¡Cuán hermosa es nuestra herencia! Tenemos la suerte y el mérito de levantarnos temprano y quedarnos hasta tarde, por la mañana y por la noche, y dos veces al día para poder recitar Shemá Israel:


Una Plegaria del Rav Berland para tener el mérito de la Torá y para aprender el Temor al cielo

Amo del Universo, que todo lo puede y a quien nada se le oculta,

"PADRE NUESTRO, QUÉ ACTÚE NUESTRO REY POR SU BIEN Y NO POR EL NUESTRO."


Por favor, Dios, que es Uno, “¡qué se les abran los ojos a los ciegos, y qué los sordos puedan oír con sus oídos; y qué el cojo salte como un carnero, qué la lengua del mudo cante¡ ”.


Por favor "HaShem Ejad”, dame el mérito, Dios que es Uno, de buscarte con todo mi corazón. Como está escrito, "Búscalo con todo tu corazón".

Y dame el mérito de estar profundamente arraigado en la Torá, y que pueda yo merecer ser uno con el Ministro de la Torá; el ángel Yofiel.

Por favor, Eterno que merezca yo estar incluido en el Et Ratzón, para poder decir:

"EL SHEMA ISRAEL, ADO-NAI ELOHEINU, ADO-NAI EJAD", CON GRAN KAVANÁ


Escucha, oh Israel, el Eterno es nuestro Dios, el Eterno es Uno, con una kavaná tremendamente grande.


El Shema
El siguiente pasaje, El 'Shemá', se recita mientras se usa el Tefilín: 

Escucha, oh Israel, el Eterno es nuestro Dios, el Eterno es Uno Solo.

Bendito sea el nombre de la gloria de su reino por los siglos de los siglos.

Amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón. Las enseñarás concienzudamente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y serán un recordatorio entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa, en tus puertas y en tus portones.

Y sucederá que si obedecen diligentemente a mis Mitzvot, mis mandamientos que yo les ordeno este día, para amar al Eterno su Dios y para servirle con todo su corazón y con toda su alma, Yo daré la lluvia para su tierra a su tiempo, ya sea la lluvia temprana como la tardía, y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite. Y daré pasto en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás. Cuídate de que tu corazón no sea engañado y te desvíes y adores a dioses ajenos y te postras ante ellos. Porque entonces la ira del Eterno estallará contra ti, y Él cerrará los cielos para que no haya lluvia y la tierra no dará su producto, y pronto perecerá de la buena tierra que el Eterno te da. 

LOS TEFILINES
Tú. Por tanto, pon estas palabras Mías en tu corazón y en tu alma, y ​​átalas como señal en tu mano, y serán un recordatorio entre tus ojos. Las enseñarás a tus hijos, hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 

LAS MEZUZOT
Y las inscribirás en las Mezuzot (en los postes) de tu casa y en tus puertas y portones, para que tus días y los días de tus hijos se prolonguen en la tierra que el Eterno juró a tus padres que les daría, como los días de los cielos sobre la tierra.

LAS TZITZIYOT
El Eterno habló a Moisés, diciéndole: Habla a los hijos de Israel y diles que se hagan Tzitzit (flecos) en las esquinas de sus vestidos por todas sus generaciones, y que pongan un hilo azul en el Tzitzit de cada esquina. Eso será para ti el Tzizit, y los contemplarán y les recordarán todos los mandamientos del Eterno y los cumplirán, y no andarán siguiendo a su corazón, ni en pos de sus ojos con los cuales se prostituyen; con eso podrán recordar y cumplir todas Mis Mitzvot (mandamientos) , y Serán santo para su Dios. 

Yo soy el Eterno su Dios que los sacó de la tierra de Mitzrayím para ser su Dios; 1, Yo el Eterno, soy tu Dios. Emet (Esta es la verdad).





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